Diario de un Reportero
Ramsés Ancira
Para quienes nacimos en el país de la Doctrina Estrada, que impedía a México pronunciarse sobre la
legalidad o no de las decisiones tomadas en otros países; para quienes
aprendimos la norma de que nadie es culpable hasta que se demuestre lo
contrario y nos enseñaron que Benito Juárez era el símbolo de un país que
no discriminaba a nadie donde el estudio era casi único requisito para ocupar
los más altos cargos, nos queda la duda sobre cual es poder más corrupto en
México, si el Ejecutivo, el Legislativo
o el Judicial.
Con sospechosa unanimidad, los medios
calificaron como “abatimiento” el asesinato de 7 personas el pasado 20 de julio
en Tláhuac, y si bien es cierto llevaban armas de alto poder, que son
indicio de enfrentamientos con la Marina, (cuya jurisdicción en la Ciudad de
México a cientos de kilómetros de las costas, es justificada por los 180 kilómetros de canales que cruzan esta
demarcación y su vecina Xochimilco, no hay tampoco noticias de que se les
conminara a rendirse, que se usaran gases u otras herramientas para sacarlos de
sus escondites. Por tanto una ejecución, un juicio sumario, sin edulcorantes ni
suavizantes.
Y sí, claro, abundan las historias
que hablan de la crueldad de “El Ojos”, de sus secuestros y torturas; pero como
ya no hay forma de investigarlo, ni de preguntarle, ya no hay manera de conocer
tiempo, modo y circunstancia de esos crímenes. Lo que hubiera sido indispensable en un juicio penal en un país medianamente civilizado, que por lo visto no es el caso de México.
El terrorismo es la única razón que
más o menos ha justificado internacionalmente el “abatimiento” de personas, y esto cuando hay un
claro e inminente peligro de que personas civiles pierdan la vida. No era ese el caso el pasado 20 de julio en Tlahuac.
Aunque quitáramos todas las
consideraciones morales y cívicas, el solo hecho de que se eliminaron los
recursos de investigación que podrían arrojar luz sobre el crimen organizado, y
si se trata de bandas grandes o francos cárteles, debería ser motivo para
revisar esas licencias para matar.
Fabricación de Culpables
La muchacha al parecer si formaba parte de una red de ladrones de
celulares, pero sea porque tenía la protección de familiares abogados o porque
necesitaban un pagador, todos salieron libres con excepción de Víctor Manuel,
que ha pagado su cortesía con más de 18 meses en prisión.
¿Cuántos presuntos culpables padecen la tortura de la prisión sin
habérseles comprobado los delitos que se le imputan? Sin duda cientos.
Gracias a la colaboración de la Comisión de Pueblos Indígenas de la
Secretaría de Gobernación, que encabeza Jaime Martínez Veloz y la Secretaria de
Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades de la Ciudad de México ha sido
posible una vida más digna dentro del Reclusorio Oriente para Cervantes. Si
bien esto no quita la pena de un poder judicial lento e injusto, que ha mantenido
en la cárcel a este joven.
Cedemos la palabra a Martínez Veloz:
LA LENGUA MATERNA UNE A LOS INDIGENAS
PRESOS
El día de ayer, asistí a un
evento poco común, pero de gran significado. En el Reclusorio Oriente se
clausuro el Primer Taller en Lengua Mixe, organizado por la SEDEREC del
Gobierno de la Ciudad de México en conjunto con la Subsecretaria del Sistema
Penitenciario, en donde un grupo de indígenas presos, se reunieron durante dos
meses, para tomar un curso en principio en Lengua Mixe, promovido por el joven
Víctor Manuel Cervantes originario de Oaxaca y el día de ayer se les entregaron
las constancias que acreditan a 32 indígenas como participantes del curso, que
si bien empezó con la lengua Mixe como base, unifico a indígenas provenientes
de otros lugares de México, con otras lenguas, en donde todos aprendieron un
poco de todo, pero de sobre manera se encontraron, con los suyos, con quienes
tienen un mismo origen y sobre todo con quienes los mecanismos de impartición
de Justicia del país, son más duros, debido a que en muchos de los casos, no
dominan el español y a las actitudes de abuso o de omisión del aparato judicial
mexicano.
Pero más allá de esto, el día de
ayer se conjugaron las voces, lo cantos y la poesía de quienes a pesar de estar
presos, muchos de ellos inocentes, eso no impidió, que Tzeltales, Tzotziles,
Purépechas, Mazatecos, Zapotecos y Mazahuas, se permitieran leer, varias de las
poesías más hermosas que he escuchado sobre la libertad y el amor a la
humanidad.
Nuestro compromiso por continuar
con el apoyo jurídico a los procesos, sigue en pie y esperamos que el Joven
Mixe Víctor Manuel que organizo el curso que estamos seguros de su inocencia,
pronto obtenga su libertad plena.
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